José Enrique Ayoroa Santaliz nació en Isabela, el 18 de septiembre de 1939.

Completó su Bachillerato con concentraciones en Ciencias Políticas y Filosofía en la Universidad Católica (PUCPR), y fue presidente del Consejo de Estudiantes, director del Periódico La Nao y presidente de los Clubes de Filosofía y Ciencias Políticas y del Círculo Literario José de Diego. Formó parte, además, de las Fraternidades Honoríficas de Historia, Ciencias Políticas y Filosofía.

Al graduarse, recibió siete medallas como premio a su labor académica entre las cuales se destaca la de mejor estudiante de Filosofía y mejor estudiante de Ciencias Políticas.

En el año 1960 ingresó en la primera clase de la Escuela de Derecho de la PUCPR. Simultáneamente, inició su programa deportivo radial diario a través de la emisora de la Universidad Católica.

Durante sus tres años de estudio en la Escuela de Derecho, publicó varios libros. Entre ellos: El Baloncesto en Isabela, premiado por la Facultad de Escritores de Deporte de Puerto Rico como el libro del año; el poemario Pavesas en el tiempo hondo y un libro sobre la vida de Don Pedro Albizu Campos que recogía cuatro (4) discursos inéditos del Dr. Albizu Campos.

Una vez graduado de abogado, trabajó en la Universidad Católica como maestro a tiempo parcial en la disciplina de Ciencias Políticas.

Se ha distinguido en varias campañas cívicas y sociales en esa comunidad, entre las que destacan la campaña para la construcción del coliseo público de Ponce, el movimiento para el desarrollo de la especialidad atlética de los maratones pedestres y la campaña para erigirle un monumento al Profesor Manuel González Pató.

Formó parte de la Junta de Directores de la Federación de Atletismo Aficionado de Puerto Rico y del Comité Organizador de los Primeros Juegos Ponceños y de los Quintos Campeonatos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Ponce en el año 1975 con la participación de veintiún países.

Durante cuatro años publicó una columna dominical deportivo-costumbrista en el periódico El Mundo que tuvo muchos simpatizantes. Como fruto de su labor en pro de la comunidad ponceña, en el 1976 el municipio de Ponce le otorgó la Copa de Excelencia Ponceña, la Delegación de Ponce del Colegio de Abogados de Puerto Rico le hizo un reconocimiento público y el Club de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo lo seleccionó como Ejecutivo del Año en el campo deportivo durante el año 1978.

A lo largo de su trayectoria profesional también dedicó años de estudio historiográfico para la publicación de libros como De Guajataca a Los Cedros y Contracanto al olvido: Patriotas.

Le donó a la Escuela de Derecho de la Universidad Católica el busto del Dr. Carlos Eugenio Mascareñas, primer Decano y fundador de esa Facultad. La Escuela de Derecho le reconoció como ex-alumno distinguido, el 20 de febrero de 1983.

Una de sus obras más significativas, fue su trabajo dirigido a gestar la construcción del auditorio Juan “Pachín” Vicéns, recinto donde se han escrito múltiples capítulos del deporte puertorriqueño.

Como abogado criminalista, el también escritor, deportista y líder cívico se dedicó a defender a grupos marginados y de pocos recursos económicos.